Adaptarse o morir: cómo atravesar seis décadas y seguir en la brecha adaptándose a lo digital – Imagen por © Robert Filip – Fotolia.com
Suele decirse que lo más difícil para una empresa siempre son los inicios, pero no siempre estas frases típicas reflejan la realidad.
Arrancar una empresa siempre es un proyecto ilusionante (en caso contrario, uno ni siquiera empezaría), y aunque haya dificultades y algunas se queden por el camino, se afrontan con energía, con la energía del emprendedor que aprieta los dientes porque quiere triunfar; por www.clener.es
Pero, ¿y cuando se ha triunfado?
Quizá ahí radique la verdadera dificultad. Porque una vez la empresa funciona, y sigue adelante, y pasan los años y pagas tus nóminas y cierras tus cuentas en positivo… uno puede caer en la tentación del inmovilismo. “No toquemos lo que siempre ha funcionado”.
Pero mientras pasan las décadas, los mercados evolucionan, los productos cambian, y los consumidores también. Y si no eres capaz de adaptarte, los inevitables periodos críticos pueden llevarse tu empresa por delante con inquietante facilidad.
Renovarse. Siempre. Y con cuidado.
Nuestra empresa, Clener, nació en 1950. Entonces se llamaba DISCO T-K, y su primera función fue la producción de un tipo de gamuza antiestática idónea para la limpieza y el cuidado de los discos de vinilo.
A lo largo de las siguientes dos décadas, hubo que ampliar la oferta, abriéndose en general al mercado de los productos relacionados con la música y el sector discográfico, ampliación que culminó en los setenta con la irrupción de los cassettes. El nicho estaba definido, y quedaba claro que el éxito de la empresa pasaba por cabalgar al mismo ritmo que el sector con el que estaba relacionado.
Los ochenta trajeron el video en sus diferentes modelos… los BETA, el VHS… introducirnos en el mercado del video era una apuesta en cierto modo arriesgada, puesto que no tenía una relación directa con el sector en el que nos especializábamos, pero de alguna manera sí lo estaba, y podía intuirse que lo auditivo y lo visual iban a recorrer, desde ese momento, el mismo camino, cogidos de la mano. Así que movimos ficha, ampliamos nuestro catálogo de productos, aprendimos, nos renovamos… y tuvimos éxito.
El volumen de negocio creció. Nos dejó unos cimientos sólidos para afrontar la siguiente transformación, que vendría en los noventa con el aterrizaje del formato CD. ¿Funcionaría? ¿Desterraría al vinilo y/o al cassette? ¿Tendría influencia en el mundo del video? ¿Valía la pena apostar por ello, o por el contrario debía considerarse como una excentricidad tecnológica y seguir aferrados a lo que ya estaba funcionando?
Nuevamente, apostar por el cambio trajo buenos resultados
Invertir en ampliar nuestra gama en el mercado del compact-disc fue, es evidente décadas después, otra buena opción. Desarrollamos nuevos productos, y nos posicionamos con la suficiente solidez en el mercado como para dar el salto internacional, que nos llevó a introducirnos con éxito en Europa.
Más de sesenta años después, seguimos con la misma filosofía. Hemos diversificado el mercado, adaptándonos a las innovaciones tecnológicas y explorando otros nichos estratégicos. Hemos invertido de igual manera en el sector audiovisual desde diferentes frentes que incluyen gadgets y utilidades de limpieza para todo lo relacionado con la música y el video, o incluso mobiliario adaptado de calidad, como las estanterías de CD o DVD. Pero también hemos incorporado nuevos sectores, como productos para el hogar, o de ocio, y también con vistas al valor añadido de lo ecológico.
[smartads]
Ha habido momentos buenos y momentos malos, como los vive cualquiera. Pero si algo está claro, y algo podemos compartir con otros emprendedores, es que no habríamos llegado hasta aquí si no hubiéramos rechazado el inmovilismo.
Hay que innovar. Hay que adaptarse : En el cambio oportuno está siempre la clave del éxito.
