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Lejos de todo tipo de supersticiones y creencias, las casas enfermas existen. Radiaciones electromagnéticas y naturales, corrientes de agua subterráneas, humedades, pinturas tóxicas, un aislamiento térmico y acústico deficiente y otros agentes nocivos, afectan a las viviendas y, con ello, a las personas que viven en ellas. Niños, ancianos y personas sensibles son los más expuestos a estas ‘enfermedades invisibles’. ¿Cómo detectarlas entonces?

bioespacios“Saber si una vivienda está afectada pasa por reconocer ciertos síntomas en sus habitantes y miembros de la familia. Las molestias van desde dolores de cabeza, fatiga excesiva o alteraciones del sueño reiteradas y sin causa médica justificada.

Además, se reconocen estas pistas más fácilmente cuando estos efectos disminuyen o desaparecen cuando se cambia de lugar”, explican los especialistas de Bioespacios, empresa especializada en la  creación de espacios saludables y casas ecológicas

La empresa, que cuenta en su equipo con perfiles relacionados con la ingeniería,  la salud y la arquitectura, explica que “en algunos casos, las consecuencias de la enfermedad de las viviendas derivan en enfermedades crónicas que degeneran en graves problemas de salud, incluso mortales, peleas frecuentes, divorcios y bajo rendimiento en los estudios”.

Y es que según los expertos, esta situación no solo afecta a hogares, sino que también “puede tratarse de un negocio o un despacho profesional, en el que los ‘síntomas’ se traducen en falta de éxito y fracaso”, explica Miguel Angel Ardil, ingeniero, gerente y creador del proyecto Bioespacios. “Por eso, para evitar inconvenientes, se deben conocer todos los detalles antes de comprar o alquilar una vivienda o un local”.

Sin embargo, por desconocimiento, no se presta tanta atención a estos asuntos como se está al tanto de otras circunstancias también nocivas e incluso ilegales como por ejemplo las casas construidas en una rambla. “No entendemos- comenta también Miguel Angel Ardil –  cómo es posible que la legislación permita que las viviendas se construyan junto a transformadores, líneas de alta tensión o antenas de telefonía móvil, cuando se ha demostrado que resultan una amenaza constante las 24 horas del día para las personas que están en su ámbito de influencia”.

Como en muchos otros ámbitos, la mejor forma de protegerse es la prevención. Los especialistas de Bioespacios recomiendan algunas medidas para elegir las mejores zonas en las que vivir o trabajar. “Buscar zonas menos céntricas con espacios abiertos y vegetación, evitar las antenas de telefonía en la azotea de una casa o frente a sus ventanas, no comprar una vivienda con cables por la fachada y huir de viviendas situadas sobre el cuarto de los contadores eléctricos, cerca de transformadores, líneas eléctricas, motores, etc.”

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Así, también recomiendan evitar los hogares que cuenten con empresas en los bajos de los edificios o en su cercanía “por la gran cantidad de instalación eléctrica y telefónica que éstas precisan. Además, es recomendable intentar conocer la colocación de los módems de internet de los vecinos con pared medianera por medio. Si lo tiene, por ejemplo, al otro lado de la cama, es imprescindible la protección”, explica Ardil.  “Y si ya tiene una casa, lo más recomendable es realizar un hacer un chequeo completo”, acaba.

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