Aunque parezca básico, para realizar una planificación de ventas efectiva lo fundamental es contar con una buena base de información, lo más objetiva posible relativa a los puntos fuertes y débiles, tanto externos (del mercado y clientes potenciales) como internos (de la propia empresa).
Una vez obtenidos los resultados, para conseguirlos e incluso superarlos a corto y largo plazo, se deberá poner especial atención en la organización de la empresa. En la selección de personal sobradamente cualificado para las tareas que se les encomienden, así como en el desarrollo de un efectivo plan de ventas que incumbe tanto a los agentes que van a llevar a cabo éstas, como el desarrollo de la campaña de marketing más adecuada para la ocasión.
También será «vital» la planificación de la producción de los productos estimados (mediante estrategias a seguir), y una correcta distribución de éstos con el fin de llegar a los clientes potenciales objetivo, sesgando a la sociedad según sus necesidades, poder adquisitivo y modo de vida.
Seleccionando objetivos reales
En el mundo empresarial anglosajón se suele hablar de objetivos smart.
Consiste en un juego de palabras, ya que mientras que traducidos, significarían “objetivos inteligentes”, el término en verdad es un acrónimo al significar cada una de sus letras, (s) específico, (m) medible o contabilizable, (a) acordado, (r) realista, a la vez que (t) viene ajustado a un tiempo concreto estimado.
[smartads]
Sólo así, mediante la objetividad, se logrará realizar una efectiva (y realista) planificación de ventas que a su vez nos marque las pautas y objetivos a cubrir a corto, medio y largo plazo.
