No hay nada como un nuevo año para hacer balance de nuestras vidas, nuestra salud, nuestros objetivos y, por supuesto, también de nuestras finanzas. Mucha gente empezará 2023 pensando en la mejor manera de presupuestar, planificar y ahorrar. Siempre es un buen objetivo, pero es especialmente importante en situaciones económicas como la actual, donde la inflación ha sido protagonista durante el último año.
Presupuestar es especialmente clave. Es el método más eficaz para controlar los ingresos y los gastos. Los presupuestos personales pueden ayudar a controlar los recursos en pos de objetivos financieros más amplios. Presupuestar también ofrece más oportunidades de ahorrar dinero, reducir deudas y llevar una vida cómoda. Incluso puede mejorar la salud mental.
Pero ¿por dónde empezar? ¿A qué preguntas hay que responder para crear un presupuesto? He aquí algunos consejos interesantes que serán de mucha ayuda a la hora de elaborar un presupuesto.
Entender las condiciones económicas generales
Es imprescindible que las personas se mantengan al tanto y al día de las realidades del panorama económico. No hace falta ser un economista profesional, pero hay que estar atento a novedades como el registro gratuito de empresas, los fondos para el desarrollo de pequeñas empresas y la impresión de nuevos billetes. ¿Cuál es el tipo de cambio actual? ¿Cuál es el panorama político y qué factores internacionales (como el precio del petróleo) están en juego? También hay que vigilar la tasa de inflación y conocer las tendencias del desempleo.
Este conocimiento de la economía nos preparará para elaborar nuestro propio presupuesto y sabremos cuándo los factores externos indican que ha llegado el momento de revisar los planes.
Revisión de las fuentes de ingresos
La capacidad de obtener ingresos es fundamental para mantener los medios de subsistencia. Tener una fuente de ingresos definida es la base de la elaboración de presupuestos.
Algunas preguntas importantes que debemos hacernos sobre nuestros ingresos (y sobre cómo podríamos presupuestar con ellos) son:
- ¿Cuáles son mis ingresos actuales?
- ¿Para qué utilizo mis ingresos?
- ¿Puedo ahorrar con mis ingresos actuales?
- ¿Qué proporción de mis ingresos ahorro y qué proporción gasto?
- ¿Tengo capacidad para ganar más?
- ¿Cómo puedo mejorar mis ingresos?
Las respuestas a estas cuestiones pueden ayudar a identificar lagunas o potencial sin explotar. Las personas con ingresos irregulares o impredecibles deben tener en cuenta el desfase temporal de sus ingresos para elaborar un presupuesto eficaz. El desfase temporal se produce cuando llegan gastos antes de haber obtenido ingresos. Y todo el mundo debería tener en cuenta en sus presupuestos incertidumbres como los problemas de salud, los compromisos sociales, la inflación, el desempleo, la recesión y las crisis de precios.
Evaluación de los gastos
Los gastos pueden clasificarse en «variables» y «fijos».
Los gastos fijos se repiten en un periodo corto: vivienda, comida, préstamos personales, gastos de transporte, gastos médicos, electricidad, servicios, artículos de aseo y ropa. Los gastos variables son más a largo plazo e irregulares, como la inversión en propiedades o activos que devengan intereses, y la compra de maquinaria.
La esencia principal de revisar nuestros gastos es analizar y posiblemente mejorar nuestros hábitos de gasto. Al revisar nuestros gastos, podemos considerar cuestiones como:
- ¿Cuál es la proporción entre consumo y ahorro de mis ingresos? Es decir, cuánto gasto en comparación con cuánto ahorro.
- ¿Cuáles son mis gastos regulares?
- ¿Cuáles son mis gastos fijos, de capital o de inversión?
- ¿Cuáles son mis gastos extraordinarios que necesitan modificación?
- ¿Ha habido gastos de emergencia o extraordinarios?
Una respuesta cuidadosa a las cuestiones planteadas anteriormente ofrece la ocasión de reevaluar el patrón y la dirección de nuestros gastos. Por ejemplo, se pueden identificar los gastos excesivos, imprevistos o extraordinarios. Esto puede conducir a una reasignación óptima y eficiente de los recursos disponibles.
El ahorro como medio de estabilización económica
El ahorro se ha descrito como un estabilizador financiero, dado su potencial para cubrir necesidades urgentes y crear oportunidades de inversión. Por supuesto, los ahorros tienen más valor cuando crecen más rápido que la tasa de inflación.
Por lo tanto, es aconsejable mejorar el valor de los ahorros mediante inversiones en activos que produzcan intereses, como acciones, participaciones, bonos, micro financiación y producción.
Eso no quiere decir que siempre sea fácil ahorrar. Muchos asalariados gastan sobre la marcha, sin considerar el ahorro como parte de sus presupuestos. Las duras realidades económicas también pueden dificultar el ahorro. Pero no es imposible.
Flexibilidad en el presupuesto
Una vez creado un presupuesto, no quiere decir que esté grabado a fuego y deba ser invariable, sino al contrario. Un buen presupuesto debe ser flexible si algo cambia en nuestra vida. Por ejemplo, una cantidad ahorrada para comprar un coche puede terminar invirtiéndose en una oportunidad irrechazable de compra de acciones o bienes inmuebles
También las emergencias sanitarias o los programas de promoción profesional pueden requerir sacar algo de dinero de nuestros ahorros.
En definitiva, el presupuesto debe ser lo bastante flexible para incorporar las exigencias, sobre todo cuando atender a la situación actual culminará en un bien mayor.