El buscador de Google es una herramienta muy útil para el usuario y lo es aún más para los negocios, empresas y autónomos que logran posicionar su sitio web en los primeros resultados de búsqueda. Pero al mismo tiempo es un arma de doble filo pues si no anticipas un cambio importante de alguno de sus algoritmos, tu página se verá gravemente afectada.
Resumiendo: Google te puede cubrir de oro y al día siguiente tirarte al barro.
El único compromiso de Google es con el usuario, y si a éste no le gustan las ventanas emergentes, a Google tampoco. Precisamente, para el 10 de enero de 2017 se prevé que el gran buscador pase a penalizar duramente los sitios web que mantengan una política tan agresiva para con sus usuarios como son los pop-ups.
Para aparecer en sus posiciones de privilegio Google te pedirá mucho más que un puñado de buenos enlaces; el posicionamiento seo ha cambiado. Para alcanzar las primeras posiciones debes optimizar los textos de la web: cuidar los headers, la negrita, la semántica del texto, el enlazamiento interno, formatos enriquecidos, tiempo de carga, seguridad y un largo etcétera.
Google hace que se cumpla la ley del usuario, y aunque da un margen de tiempo para que los desarrolladores web realicen los cambios necesarios en sus sitios web, si andas un pelín despistado y pasas por alto sus advertencias, te castigará severamente. Un diseñador web debe permanecer siempre alerta a los cambios del algoritmo que puedan afectar al diseño web, maquetación y visualización de los contenidos y estructuras.
Tanto es así que algunos diseñadores web tienen ya una sólida base SEO que les ayuda a tener una comprensión más global sobre lo que importa o no para el diseño web. Su labor es crear proyectos realmente atractivos, de fácil navegación e impoluta usabilidad; antes debían hacerlo solamente para beneficio del usuario, ahora Google también lo quiere así.
Las visitas que Google manda a nuestra web desde su buscador son gratuitas pero monitoreadas en todo momento. Le importa la respuesta de usuario y detesta la tasa de rebote alta (que un usuario salga de inmediato de una página a la que Google lo ha llevado porque el contenido no era de su interés). De ahí la importancia de un diseñador web que se preocupe en ofrecer una perfecta usabilidad para los dispositivos móviles: que su diseño web se adapte a las distintas formas y tamaños, el buen uso cromático de los colores, la seguridad que ofrece el dominio, su velocidad de carga… Todo aquello que el usuario desea Google lo impone y el diseño web lo da.
A todo esto, Google no es el malo. Al contrario, es demasiado bueno. Es el mejor, el que ha permitido esta revolución, es el que hace girar la rueda y, aunque da un poco más de trabajo a los diseñadores web, también permite limpiar el grano de la paja. Un diseño web mediocre será penalizado y desaparecerá de sus resultados, mientras que un diseño web adaptado a todo tipo de dispositivos, con una velocidad de carga rápida y navegación sencilla hará la diferencia; te encontrarán arriba.
[smartads]
Siempre es importante recurrir a un profesional de experiencia contrastada, pero tal y como Google nos hace bailar, contratar un servicio de diseño web de calidad es más necesario que nunca. Hay buenas opciones: David Randulfe, Arturo García o Daniel Nabil, entre otros.
Si quieres emprender un proyecto digital, cuídate de buscar a un buen diseñador web capaz de diseñar para el usuario y para Google, que te dé visibilidad y conversiones.
Google marca el paso, encuentra un diseñador web que pueda seguirlo si quieres conquistar el éxito en tu proyecto online.