
Los grandes líderes no cambian con el viento. Los líderes son flexibles y abiertos a nuevas ideas. Hablan y escuchan más, pero tienden a ser constantes en sus creencias y valores.
Una vez que han articulado sus visiones, mantienen el rumbo sin distraerse por las tentaciones de la competencia. Un gran líder es fiel a sus valores y a su organización. Si bien es importante ser flexible y listo para adaptarse a los cambios, el carácter de un líder debe ser sólido, nunca fluctuante como las olas.
La consistencia en la conducta y carácter hace la diferencia entre los grandes líderes de los no tan grandes.
El reloj sigue siendo una forma muy estable de decir la hora por una razón principal: es coherente. No hay minutos más largos que otros. Se establece y se mantiene así; para siempre coherente, independientemente de la parte del mundo en el que se encuentre.
Los líderes que creen en una cosa hoy, y mañana se desvinculan de la misma declaración que dijo ayer pierden (mucha / casi todo / toda) la credibilidad. Todo lo que dicen se hace hueco y sus seguidores comienzan a dudar de la integridad del líder o de su capacidad para conducir. Ni que decir que es un punto crítico que es difícil reconducir; que no imposible.
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Autor: David Guiu / CEO PYMW y EMPEZAMOS (ahora) SCP – Imagen Grandes Líderes por © Juan Fuertes – Fotolia.com