La utilización de los cigarrillos electrónicos en el trabajo aumenta la productividad y evita bajas por enfermedad de los empleados.
En los últimos dos años, el sector del cigarrillo electrónico ha generado unos ingresos de quinientos millones de euros en Europa y más de dos mil millones en todo el mundo. Tras meses de crecimiento, este sector se ha visto afectado por las noticias negativas que han surgido sobre este dispositivo, hasta el punto de una gran caída de ventas en España. Según la tienda VAPO.es, este declive ha llegado a su fin y ahora deberá haber un crecimiento natural del mercado interesado por este dispositivo, que muchos creen ser más efectivo que cualquier otro para dejar de fumar. La tienda online ha confiado en este crecimiento abriendo su cuarta tienda de cigarros electrónicos en Portugal, Vapo.pt.
Actualmente el aumento de los e-cigarrillos se ha reflejado no sólo en espacios públicos, sino también en empresas privadas. En Estados Unidos y en Gran Bretaña, por ejemplo, algunos gerentes de empresas están tomando sus propias decisiones en cuanto a permitirlos en la oficina y cada vez más empleados los utilizan en su entorno laboral.
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Cheryl Dooley, presidenta de Ebsco Spring Company in Tulsa, Oklahoma, compró para 28 de sus empleados en torno a 2.800 dólares en kits de vapeo y les permite usarlos dentro de la oficina. Lo hizo después de pasarse ella misma a un vaporizador de nicotina que le ayudó a deshacerse de un hábito de fumar dos paquetes de cigarrillos al día durante cuarenta años, que la llevó a la formación de un coágulo de sangre en su pulmón. “Me di cuenta de que incluso los más adictos al tabaco pueden dejar de fumar gracias a los cigarrillos electrónicos”, dice.
¿Es legal vapear cigarrillos electronicos en oficinas?
También ha observado un aumento en la productividad de sus trabajadores. “Nadie se va a escondidas. Están más en su escritorio, son más productivos. El problema del olor se fue”, añade Dooley.
Y cuando permitir el vapeo mejora la productividad, resulta difícil para un gerente decir “no”. No es de extrañar que algunos empresarios, principalmente propietarios de pequeñas empresas, estén permitiendo a sus trabajadores usar los e-cigarrillos dentro de la oficina ahora.
La empresa norteamericana Safety Harbour Insurance Inc. también adoptó la misma medida con sus trabajadores. “Era una distracción”, dice Carol Keiling, presidenta de la compañía, sobre los anteriores hábitos de fumar de sus empleados. Con frecuencia, se encontraba con que tenía que decir a sus clientes que esperaran a que les devolvieran la llamada, porque su agente se hallaba fuera en un descanso para fumar.
Después, uno de sus empleados comenzó a usar un e-cigarrillo. Primero fue obligado a salir con los demás fumadores, pero cuando Keiling (no fumadora) se dio cuenta de que no tenía olor, relajó su política en la empresa.
La empresaria comenta que si los trabajadores fumadores están de verdad ansiosos por una dosis de nicotina, pueden decir que van a llevar un archivo y salen a dar una vuelta a la esquina para dar unas cuantas caladas y regresar. El desfile de toses que solía comenzar todas las mañanas también se ha evaporado. Los días de permiso por resfriados han disminuido, añadió.
Permitir que los empleados “vapeen” en sus escritorios está ahorrando a empresas como las de Keiling yDooley en el plan de seguro médico, además del aumento de la productividad de sus empleados.
